El teletrabajo ha traído cosas positivas como pasar mayor tiempo con la familia, pero también cuenta con dificultades. Una de ellas es la mayor dificultad para prevenir fraudes, los problemas de incumplimiento y ciberataques. KPMG realizó la “Encuesta de Fraude 2022”, a más de 600 directivos en múltiples industrias de América (42% de Norteamérica y 58% de América Latina). La evidencia arrojó que estas tres amenazas se encuentran interconectadas: el fraude, las preocupaciones por el cumplimiento y los ciberataques no resultan sólo ser algo común y de gravedad creciente, sino que, al mismo tiempo, se espera que aumenten su frecuencia.

El 86% de los encuestados afirman que trabajar desde casa ha afectado negativamente la eficacia de las medidas de prevención de fraude de su empresa, la mitigación del riesgo de cumplimiento o la ciberseguridad. Para algunos, ha dañado las tres.

El 83% de las personas encuestadas afirmaron que su empresa ha padecido al menos un ciberataque en los últimos 12 meses. En tanto, el 55% sufrió pérdidas derivadas de multas regulatorias por falta de incumplimiento.

El 71% de los consultados aseguró haber sufrido fraudes tanto internos como externos.  Las amenazas de fraude son distintas entre Norteamérica y América Latina. Un 76% de las empresas norteamericanas señaló haber experimentado pérdidas por fraude que involucran a partes externas. En América Latina esto fue confirmado por sólo el 42% de los encuestados.

En tanto, el 49% de los encuestados en América Latina aseguró haber sufrido un fraude interno u ocupacional en el último año, lo que eleva la probabilidad de ocurrencia en la región y sugiere que los programas de gestión del riesgo de fraude y otras defensas internas son menos sólidas en América Latina.

El número y el tipo de amenazas están aumentando, según los directivos. Durante el último año, las empresas experimentaron un aumento en el phishing (59%), las estafas (43%) y el software espía / malware (26%). Y mientras que el 25% dice que experimentó un aumento en los ataques de ransomware durante el último año, más del 70% indicó que no pagaría un rescate si fueran golpeados por un ataque.

Santiago Barba, Socio Líder de Advisory en KPMG en Chile, destacó que “esta encuesta viene a confirmar que las defensas ante el fraude siguen siendo limitadas y que el cambio al trabajo híbrido o remoto está provocando que los controles existentes sean menos efectivos”.

Por otra parte, señala que “en América Latina tenemos más del doble de probabilidades de sufrir fraude interno u ocupacional (49%). Este hallazgo sugiere que los programas de gestión del riesgo de fraude y otras defensas internas antifraude son mucho menos sólidos en la región”.

Nelson Cornejo, Gerente Senior de Advisory-Forensic en Chile, destacó que “en Chile no estaríamos lejos de “el ciclo de amenaza” que combina el fraude, cumplimiento y ciberseguridad hace relevante abordar las amenazas por separados e implementar un proceso integral de evaluación de riesgos que incluya el fraude y la conducta indebida”.

“Al mismo tiempo, se observa que los controles antifraude implementados antes de la pandemia no se han actualizado de manera efectiva que refleje la nueva realidad en el nuevo ecosistema empresarial”, finalizó Cornejo.

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