Starlink es, llevamos ya tiempo diciéndolo, un servicio con luces y sombras. Es cierto que, sobre el papel, la premisa suena de lo más interesante: Internet vía satélite para todos, de banda ancha y por un precio bastante competitivo. Dicho de otra manera, supone un enorme salto cualitativo con respecto a lo que estamos acostumbrados en las conexiones de este tipo. Su paso a la práctica, sin embargo, se está demostrando bastante más complejo de lo que a sus responsables, con Elon Musk a la cabeza, les pudo parecer en un primer momento.

Algunos problemas son de índole técnico y, por lo tanto, las soluciones a los mismos son un tanto complejas. Otros, como el problema que la constelación de satélites de Starlink supone para la observación espacial, están intentando ser resueltos. Por su parte, el más preocupante, la saturación de la órbita baja, tienen difícil solución, y cada día protagonizan más y más incidentes de seguridad (hoy mismo te hablaremos de otro de ellos)… en fin, la lista es larga y preocupante. Ahora bien, lo más sorprendente es que el servicio falle estrepitosamente en algo tan básico como la atención al cliente.

Y sin embargo, tal y como podemos leer en Business Insider, no parece que la compañía se tome demasiado en serio a sus clientes, a tenor de los crecientes testimonios que afirman que SpaceX, responsables de Starlink, los tiene abandonados desde hace meses (en algunos casos prácticamente un año), que es prácticamente imposible contactar con la compañía, y al menos en un caso que Starlink afirma haber realizado ya una devolución del dinero de una reserva, cuando en realidad no lo ha hecho.

Como ya es sabido, la lista de espera para recibir un kit de Starlink es bastante larga. El problema es que no siempre se puede obtener una estimación del tiempo durante el que habrá que esperar, y la falta de comunicación con los clientes, hace que parte de ellos se replantee su interés en el servicio, que demanden actualizaciones de información y, en algunos casos, que desistan de su interés y reclamen la devolución del los 100 dólares que hay que pagar, como adelanto, para inscribirse en la lista de espera.

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