A medida que se acerca la fecha límite para el cierre del acuerdo de venta de Twitter –fechado para el 28 de octubre–, los rumores van escalando posiciones. Más, si cabe, cuando Elon Musk está a los mandos de la transacción. El último de ellos ha venido de la mano de un informe, del puño y letra del fundador de Tesla y SpaceX, que apunta al despido del 75 % de la plantilla de Twitter en caso de que el empresario se haga con ella. Esto supondría despedir a casi 5.600 empleados de los algo más de 7.000 que tienen.

Acto seguido, y como adelantan en Bloomberg, el abogado general de Twitter, Sean Edgett, avisaba a los empleados de la compañía sobre el gran volumen de rumores que aumentarían en las próximas semanas. Sobre el despido de la mayor parte de la fuerza laboral de la red social, el abogado apuntaba a que no había ninguna confirmación oficial en los planes de Elon Musk. Aunque sí una más que segura línea más conservadora con el futuro de Twitter en la que habría recortes de algún tipo para asegurar un mayor volumen de ingresos en los próximos años.

Rumores o no, el pánico lleva tiempo cundiendo en las oficinas de Twitter. Desde que se supiese que Elon Musk podría estar planeando hacerse con la red social, no se ha tenido un día de calma. El empresario no ayuda, desde, luego, con una horda de comentarios en su propia cuenta de Twitter a cada cual más absurdo. Después con las idas y venidas respecto a la compra, que parece que ahora sí que se decantará por la adquisición y con una junta directiva asumiendo las condiciones del empresario. Como resultado, la plantilla de Twitter podría ser, en este momento, el grupo de personas más estresadas del panorama tecnológico internacional.

Con todo, y como ya adelantaba el Washington Post, los recortes siempre han sido una realidad; lo lleva siendo desde hace varios meses en el universo tecnológico internacional. Ante un periodo de recortes y moderación en la inversión, así como una gran incertidumbre política y económica.

La situación en Twitter no se dibujaba tan grave como se plantea en este momento. Surgen, por tanto, una pregunta muy simple: ¿puede funcionar Twitter con una reducción de personal tan acusada? Desde luego, tendría que hacerlo, pero no está claro cómo podría asumir todo el peso con menos personal. Los analistas apuntan, de hecho, a que esto podría ser simplemente una forma de convencer a unos inversores dispuestos a entregar su vida por más ingresos y menos costes.

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