PlayStation 5, la consola de videojuegos de última generación de Sony, ha vendido hasta el día de hoy algo más de 25 millones de unidades, con 3,3 millones durante el transcurso del último trimestre. Los números del último trimestre son similares a los del anterior.

Si bien la redondez de los 25 millones puede sonar a algo exitoso, la realidad es que los números están muy por debajo de las expectativas de Sony, que espera vender un total de 18 millones de consolas para el año fiscal 2022 (que finaliza el 31 de marzo de 2023). La cantidad de unidades de PlayStation 5 vendidas en la primera mitad del presente año fiscal se sitúa en torno a los 5,7 millones, similar a los 5,6 millones que se registraron durante el mismo periodo del año 2021.

A pesar de que la cantidad de unidades vendidas es similar, los ingresos subieron de manera significativa para alcanzar los 4.920 millones de dólares aproximadamente. Aquí no hace falta ser un genio para adivinar que el origen está en la subida del precio de PlayStation 5, que ha permitido a Sony mejorar sus ingresos incluso con el mismo nivel de ventas. Eso sí, esto contrasta con la disminución del 49% en los beneficios debido a la adquisición de Bungie, un movimiento hecho en parte como reacción a las compras masivas de empresas por parte de su mayor rival en el segmento de las consolas de sobremesa: Microsoft.

Sony vendió un total aproximado de 11,5 millones de PlayStation 5 durante todo el transcurso del año fiscal 2021, una cantidad que en 2022 apunta a ser similar de mantenerse el ritmo actual. Habrá que ver si la campaña navideña consigue hacer que las ventas despunten, aunque sea temporalmente, y si la compañía es capaz de mantener el ritmo de producción, que desde la pandemia se ha visto alterado por diversos factores que han afectado tanto a la fabricación como a la logística. En contraste, la reciente subida de precios aplicada por la compañía japonesa no parece que vaya a contribuir a que se vendan más unidades, más contando el actual contexto de crisis económica y de alta inflación en la que vivimos.

 

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