El ciberdelito se ha convertido en uno de los tipos de crimen de mayor crecimiento en Chile, impulsado por la pandemia y el consecuente incremento del comercio electrónico.

De acuerdo con el informe global de identidad y fraude de Experian del 2022, el riesgo de fraude persiste y más del 70% de las empresas dicen que la prevención del fraude es su principal preocupación, el valor más alto que jamás haya tenido esa cifra. La preocupación es comprensible, dado que el fraude de identidad ha aumentado en más de un 22% en 2021, en comparación con el año anterior y el 90% de esos casos se originaron en línea.

A medida que la tecnología avanza y los procesos digitales se hacen cada vez más importantes en las actividades de las personas, los tipos de fraude se van sofisticando y creciendo. Así, actualmente, los tipos de fraude más frecuentes se siguen generando a través de phishing, haciéndole creer al usuario que están contactándose con la entidad real, logrando que entreguen con total confianza las credenciales de acceso a sus bancos, cuentas de correo, redes sociales, etc.

Ante esto, las técnicas de prevención de fraude también se han ido perfeccionando continuamente, estando asociadas a envíos de OTP (One Time Password) al cliente final, desarrollando evaluaciones sobre el entorno en el cual se encuentran los dispositivos, incluyendo evaluaciones biométricas/faciales o incluso evaluaciones tan silenciosas como el comportamiento del individuo frente a su teléfono móvil.

En ese sentido, Hernando Salazar, CIO de Experian Spanish Latam, sostiene que entre los principales consejos que la organización da a los usuarios del sistema para enfrentar los ciberdelitos están:

Contar con autenticaciones más fuertes en donde junto con la evaluación mediante preguntas y One Time Password (OTP) se incluyan:

  • Implementar técnicas de evaluación del dispositivo desde el cual el usuario se encuentra conectado para medir reglas de velocidad, de zona geográfica en la cual se está llevando a cabo las transacciones, de tipo de idioma y de configuración regional de la máquina para medir e identificar ciertos patrones de fraude.
  • Realizar evaluación del comportamiento digital, la cual contempla los patrones típicos que un usuario puede llegar a tener frente a su máquina en el momento que digita sus datos básicos (correo, dirección de correspondencia, número de celular, etc.), para evaluar si se trata tal vez de un robot que pueda estar simulando el comportamiento del usuario o patrones inusuales frente al dispositivo. Estas evaluaciones son totalmente silenciosas y sin fricciones en el proceso del Customer Journey.

“En Experian, la seguridad de los datos siempre ha sido, y será de máxima prioridad. Nos esforzamos constantemente por ofrecer sistemas y procesos seguros que reflejen las mejores prácticas buscando adelantarnos a los delincuentes cada vez más sofisticados de hoy en día y al panorama de amenazas en constante evolución”, remarca Salazar.

El alto ejecutivo precisa que, si bien las empresas pueden invertir en múltiples iniciativas digitales para mejorar la experiencia de los consumidores y garantizar la seguridad en línea, el papel del consumidor es clave durante las operaciones en línea para evitar ser víctima de cualquiera de estas modalidades de fraude.

En ese aspecto, asegura que entre los principales desafíos que tienen las empresas de cara a los usuarios están:

  • Evitar la pérdida de clientes por fricción en la experiencia de validación de identidad dentro de los canales digitales.
  • Reducir el número de transacciones fraudulentas y a la vez, las pérdidas por fraude cibernético.
  • Mejorar los procesos de identificación de clientes, con mayor precisión.
  • Disminuir los costos operacionales manteniendo la efectividad del proceso.

“Desplegamos una estrategia de defensa sólida con sistemas de protección de datos que reflejen y a menudo superen las mejores prácticas del sector para adelantarnos a las amenazas actuales”, concluyó Hernando Salazar.

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