Si hay un objeto que fue transformando la mente humana es el libro. Se trata de un instrumento fundamental para el desarrollo e incentivo de la imaginación que con un recurso básico pero poderoso como las palabras, ha logrado plasmar una huella imborrable en la memoria colectiva.

Tanto es así que la Conferencia General de la UNESCO decidió en 1995 utilizar cada 23 de abril como fecha simbólica para celebrar el Día Mundial del Libro por coincidir con el fallecimiento de tres emblemáticos escritores: William Shakespeare, Miguel de Cervantes y Garcilaso de la Vega.

«Es una fecha muy importante. Homenajear a la lectura y a las bibliotecas que recopilan y recopilan libros, es unir al pasado y futuro. Sobre todo hoy, donde la disrupción digital motiva a la reinvención y adaptación. Y es que, pese al impacto tecnológico, el libro impreso no morirá nunca», explica Mauricio Villarroel, PPS Business Developer de Canon Chile.

Más aún cuando, según una investigaciónNew Forms of Reading Pay Offla relación entre los hábitos de lectura digital y la comprensión lectora es mucho menor que la lectura en formato impreso.

Para ahondar un poco más en cómo se encuentra la situación de los libros, Canon comenta a continuación las últimas tendencias del sector editorial.

Un futuro brillante. Tienen un público fiel y promovedor. Se preveía que el libro electrónico y los soportes digitales le quitarían un enorme espacio, pero ha ocurrido lo contrario. En los últimos años, las ventas de libros electrónicos primero se han estancado y luego se han reducido, e incluso los jóvenes «nativos digitales» están volviendo a la impresión para escapar del incesante «ruido» digital.

La publicación dinámica y la impresión digital. La impresión bajo demanda se ha popularizado en los últimos años y ha tenido una gran acogida por parte de los vendedores, ya que supone un modelo de negocio que no asume grandes riesgos. Además, la impresión digital de libros es una tendencia creciente por todas las ventajas que reporta: tiempo de comercialización más rápido, producción flexible y una cadena de suministro más optimizada.

«Al implementar la impresión bajo demanda, los negocios adecuan una estrategia de previsión y priorización que impacta en el almacenamiento de inventario y en los plazos de entrega, sin malgastar recursos en libros que muchas veces no se venden. Para ellos, equipos como la serie imagePRESS son ideales, ya que cumplen con los amplios requisitos de servicios de impresión tanto comerciales como internos», asegura Villarroel.

Ya no es un producto, es un servicio de contenido. La nueva generación de lectores demanda ver contenido en varios dispositivos a la vez, ya sea por escrito, con audio o en video. Hoy el consumo ha motivado un cambio en los soportes y formatos, el tiempo y lugar de lectura, la secuencia y espontaneidad, e incluso en aspectos como la duración o el valor percibido por parte de los lectores.

«Los libros del futuro proporcionarán una experiencia personalizada que combinará las características tangibles de los libros físicos con las capacidades de los formatos digitales, incluidas la instantaneidad, la personalización, la eficiencia y la capacidad de actualizarse. El libro ya no es un producto, es un servicio de contenido que se ha convertido en inteligente. Es decir, con capacidad de adaptación, centrado en el usuario, abierto y accesible», precisa Villarroel.

Mercado competitivo y exigente. A pesar de lo renaciente del libro impreso, los editores de libros y sus socios se enfrentan a la caída de las tiradas de impresión medias y a los volúmenes anuales de páginas impresas. Aunque la popularidad de los libros electrónicos impedía la recuperación de los volúmenes de páginas, hay otros motivos como el uso de redes sociales y otras formas de entretenimiento que captan la atención de los consumidores.

«Hay una mayor competencia debido al aumento de nuevos títulos que salen al mercado cada año, algo fomentado en parte por la autopublicación. En un mercado saturado, resulta más difícil que un título en particular destaque, tanto es así que se calcula que el «periodo de oportunidad» de un nuevo título sea entre cuatro y seis semanas. Si las ventas no despegan, pasa al inventario», sentencia el especialista.

Hay muchas innovaciones que auguran larga vida a la lectura tradicional. Y es que ese vínculo con las páginas impresas es especial y conecta con las historias, los personajes y las emociones que evoca un hábito tan sencillo como potente. Pese a las innovaciones tecnológicas, el libro seguirá siendo fundamental en las personas.

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