Si los últimos meses no están siendo especialmente buenos para Netflix, no podemos decir lo mismo de HBO Max, ya que mientras que el más veterano de los servicios de streaming ha perdido 200.000 usuarios, la plataforma de WarnerMedia ha sumado nada menos que tres millones. Definitivamente no se debe respirar el mismo ambiente en el despacho de Reed Hastings que en el de David Zaslav.

Evidentemente son muchos los factores que hay que tener en cuenta para entender esta diferencia, y el principal tiene que ver con el punto del que parten ambos servicios. Netflix es, como decía antes, el decano y, aún a día de hoy, el que cuenta con una mayor cuota de mercado. HBO Max, por su parte, es un servicio mucho más joven, que todavía se encuentra en su fase de crecimiento, con bastante margen para ello. Y además, se ha anotado ya varios tantos con el estreno en simultáneo y sin coste adicional de estrenos en cine, como ya vimos en el caso de Matrix Resurrections.

Ahora bien, también debemos tener en cuenta el cambio en el perfil medio del usuario de este tipo de servicios. En los primeros tiempos, en los que Netflix era el único barco que navegaba esos mares, para los usuarios aquello eran lentejas, ya sabes, o las tomas o las dejas. Sin embargo, con la proliferación de otros servicios, la capacidad de elección del usuario ha crecido, y ahora las diferencias entre unos y otros, como en este caso entre HBO Max y Netflix, influyen en la elección final de los usuarios.

Un caballo de batalla para Netflix, que va directamente en contra de los intereses de muchos usuarios, es el de las cuentas compartidas. El servicio se esfuerza en recordar que este uso no está permitido, y periódicamente lleva a cabo acciones para limitarlo. Una limitación comprensible en unos casos, pero no tanto en otros. Y es que no es lo mismo un grupo de personas, anónimas entre sí, que se ponen de acuerdo para compartir una cuenta que, por poner un ejemplo, un par de hermanos que viven cada uno en su propia casa y que comparten una cuenta.

Según los términos legales de la inmensa mayoría de los servicios de streaming, las cuentas solo se pueden compartir entre las personas que conviven en un mismo domicilio, por lo que tienen todo el derecho de perseguir cualquier uso que se salga de ahí. No obstante, la respuesta legítima por parte de los usuarios puede ser decidir que, en esas condiciones, el servicio ya no les interesa. Pienso que esa persecución tiene relación con una parte de las bajas recientes, y tengo la sensación de que en HBO Max también lo saben.

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