Señor Director:
Los recientes ciberataques que paralizaron aeropuertos en Europa y que comprometieron la información de miles de pasajeros dejan en evidencia algo que solemos pasar por alto: la ciberseguridad no es un asunto de ciertas industrias, sino un tema país.
En el mes de la ciberseguridad, vale la pena recordarlo: un ataque digital puede interrumpir el suministro de agua o energía, bloquear las comunicaciones, detener un hospital o una universidad, o dejar fuera de servicio un aeropuerto o una municipalidad. En síntesis, puede paralizar un país.
Aunque el sector financiero y las grandes empresas han avanzado en protocolos, la mayoría de las instituciones públicas y privadas sigue sin preparación ni capacitación para enfrentar estas amenazas. Así lo demuestran las cifras: Chile sufrió más de 27.600 millones de intentos de ciberataques en 2024, un 360% más que el año anterior, según Fortinet.
La Ley Marco de Ciberseguridad y la Agencia Nacional de Ciberseguridad son avances, pero insuficientes. La protección digital debe asumirse como una infraestructura crítica, tan vital como el agua o la energía, y requerir inversión, capacitación y cooperación público-privada sostenida.
Ernesto Tachoires, Director Regional Ciberseguridad de SONDA







