Por Diego González, CEO de Defontana

De acuerdo a datos de la encuesta «Adopción Digital Pymes Chile», realizada por Movistar, el 98% de los emprendimientos en el país se planteó invertir en su digitalización durante este año. Las tecnologías que buscan implementar incluyen Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), Big Data y Analítica.

Sin duda, todas tecnologías muy relevantes e indispensables hoy en día para incentivar la competitividad y aumentar la productividad. No obstante, para que la inversión digital sea positiva y efectiva es fundamental partir con una herramienta que pueda simplificar tareas, ayudar a gestionar el negocio de manera más eficiente y que sea capaz de crecer con el emprendimiento, es decir, un software de planificación de recursos empresariales, más conocido como ERP.

Esto es, en concreto, un sistema centralizado que organice y automatice todos los procesos, desde el inventario hasta las ventas, pasando por la facturación; una solución en línea que permita acceder a la información necesaria de manera rápida y sencilla, en tiempo real, para optimizar el tiempo y poder ser más proactivo en la planificación y ejecución de las metas empresariales, así como en la toma de decisiones.

En efecto, al integrar todos los sistemas en una plataforma común, asegurando que todos los miembros de la organización estén alineados y trabajando con la misma información, también se mejora la comunicación de las distintas áreas del negocio, todo lo cual redunda en una reducción de costos y aumento de la eficiencia.

De esa manera, hoy más que nunca se torna indispensable la implementación de un ERP que sea capaz de escalar sin perder el control de las operaciones, con la flexibilidad necesaria para adaptarse al crecimiento del negocio, optimizar la gestión de recursos y la disminución de errores que pueden ser muy costosos.

Asimismo, una solución de este tipo contribuye a mantenerse al día con las normativas legales, evitando sanciones y asegurando que las operaciones se realicen conforme a la ley vigente. Con todo, lo cierto es que, en la actualidad, un ERP no es solo una herramienta tecnológica, sino un aliado estratégico que puede transformar un negocio, mejorando su eficiencia, comunicación y capacidad de crecimiento.

No obstante, muchas veces quienes están comenzando un negocio o las empresas más pequeñas se ven ante la dificultad de no saber cómo integrar la tecnología a sus negocios o qué tecnología es fundamental para concretar su transformación digital.

Por lo anterior, es tremendamente necesario democratizar el acceso a la tecnología, permitiendo que empresas de todos los tamaños cuenten con las mismas herramientas que utilizan las grandes corporaciones, para que así puedan competir de igual a igual y crecer sin barreras, nivelando la cancha.

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