Emprendimientos con base científico-tecnológica nacidos en universidades participaron de esta iniciativa que busca acelerar startups de origen académico para acceder a mercados. Startup Studio Academy es una iniciativa de Grupo Zenit, Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Universidad Católica del Norte (UCN), Universidad Austral de Chile (UACh) e Innovo USACH de la Universidad de Santiago de Chile. El programa Startup Studio Academy anunció novedades para 2025.
Chrono Naturals, Rapid Response, Circular+Innovation, Tetra Innovación y LongeviSnack fueron los emprendimientos ganadores de la primera edición de Startup Studio Academy, una iniciativa que busca acelerar y fortalecer a startups nacidas en la academia, con énfasis en el desarrollo regional. La iniciativa es liderada por Grupo Zenit, junto a Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Universidad Católica del Norte (UCN), Universidad Austral de Chile (UACh) e Innovo USACH de la Universidad de Santiago de Chile.
Desde plataformas para agilizar la logística de ambulancias ante eventos cardiovasculares, probióticos y alimentos funcionales, hasta tejas y techos a base de tetra pack, y reciclaje de membranas filtradoras de agua, son algunos de los novedosos productos creados por investigadores de las universidades participantes desde Valparaíso, Antofagasta y Valdivia.
Startup Studio Academy nace para impulsar la creación y la aceleración de empresas de origen académico y fue diseñado para abordar las principales brechas en EBCT de origen universitario, brindándoles acompañamiento estratégico desde sus inicios. A partir de este piloto que debutó en 2024, busca consolidar una plataforma de impacto nacional y regional, conscientes de que la EBCT desde la academia es muy diferente a un emprendimiento tradicional.
Fernando Venegas, CEO y fundador de Grupo Zenit, señaló: «Este programa tiene como sello el acceso a una red de expertos, quienes en vez de observar y orientar, se involucran en cada proyecto y colaboran con su expertise en diversas materias, desde lo legal, propiedad intelectual, innovación o áreas tecnológicas específicas; y se seguirá expandiendo en sus próximas etapas. También tiene un fuerte componente territorial que busca contribuir al desarrollo social, económico y sostenible de las regiones. (…) En 2025, Startup Studio Academy se expandirá con programas propios tanto en Chile como en Latinoamérica.
En la ocasión, Alex Ortega, gerente de Innovo Usach, hizo un diagnóstico de las Empresas con Base Científico Tecnológica (EBCT) de origen académico, y añadió: «Queremos sacar al investigador del laboratorio y entregarle las capacidades para crear un spin-off. En promedio, una EBCT tarda 72 meses en alcanzar su equilibrio para poder costear su operación. (…) Nos falta desarrollar un músculo para que Chile encuentre su valor diferenciado».
El Registro de Emprendimientos y Empresas de Base Científico-Tecnológica (EBCT) muestra cómo se han desarrollado y madurado las condiciones para habilitar emprendimiento en distintas ciudades de Latinoamérica. En este contexto, de una evaluación nota 100, Santiago y Concepción registran un 62, seguidos de Antofagasta (60), Valparaíso (59) y Coquimbo (53).
Los países más desarrollados de Latinoamérica muestran que el sector privado es quien más invierte en EBCT, mientras que la academia entrega capacidades y el Estado articula, no obstante aún persisten brechas significativas en el sistema de financiamiento, en el capital social asociado a redes de contacto y en género.
La ceremonia de cierre incluyó un conversatorio con representantes del ecosistema.
Francisca Contreras, directora ejecutiva (i) de Startup Campus, sostuvo: «Startup Campus busca ofrecer un espacio físico que responda a las necesidades propias del EBCT. Eso nos va a ir llevando a la focalización, aunque hoy está muy vinculada al cambio climático. El trabajo con regiones estará más dirigido a industrias locales y le dará territorialidad y especificidad. También tenemos un desafío en infraestructura y hoy estamos en una etapa para afinar y entender el tipo de laboratorio e instrumentación que se necesitará».
Por su parte, Maricho Gálvez, gerenta de emprendimiento CORFO. «Buscamos proyectos innovadores con alto potencial de crecimiento, no necesariamente con componente tecnológica o científica. (…) la idea es que las ideas no queden en una tesis doctoral, sino también que puedan llegar a mercado. Esto no pasa solo por el acceso a infraestructura, sino también por el apoyo para crear un equipo multidisciplinario, acceder a financiamiento y al expertise técnico. Este es un desafío a la inversa que busca desde la experiencia técnica del investigador, añadir procesos de aceleración para salir a mercado».
Como representante de la academia, Aldonza Jacques, directora desarrollo y transferencia USM, explicó que cuentan con una oficina de transferencia tecnológica y además con una incubadora, enfocada en apoyar a estudiantes a crear propuestas. «Startup Studio Academy nos ayuda a cerrar brechas. Nos animó sumarnos como universidad técnica con sólida experiencia en ciencia y tecnología, y si bien hoy contamos con proyectos de innovación, la idea es convertirlas en startups. Esta nueva mirada ha generado curiosidad, confianza y apertura de mente para considerar a las startups como producción académica».
Desde el norte del país, Bárbara Torres, directora de innovación UCN, asegura que dado que Antofagasta se ubica en una zona extrema, han impulsado procesos para instalar el concepto de propiedad intelectual en los últimos 4 años. «En este sentido, Startup Studio Academy es una apuesta para poner en valor las EBCT a nivel académico. Lo interesante es que hemos aprendido la medición de indicadores con nuestros académicos, de modo que ellos vean el valor del emprendimiento y cómo les aporta a sus carreras. Nos estamos movilizando para generar esos incentivos en emprendimiento e innovación».
Por último, representando al sur del país, Lorenzo Reyes, director de innovación UACh, cuenta que además de académico, también fue un emprendedor en Suiza y conoce de cerca los procesos que vive una EBCT. «Creo que tenemos que dejar de separar la investigación con el potencial desarrollo de una empresa. La universidad tiene la tarea de meterse en innovación y acercar a los académicos. Hay modelos que sí funcionan. (…) MinCiencia ofrece financiamiento basal a la investigación a 10 años en universidades, lo que permite dejar capacidades instaladas en las universidades para empujar la innovación».